miércoles, 19 de septiembre de 2012

El Parque Morelos de sitio de lavandería, a alameda familiar y luego a ciudad digital

Por Cristina Bravo

Fotografía por: El Informador
Hoy el terreno es un cuadrado imperfecto, pero a lo largo de su historia su forma y usos han cambiado constantemente.
Por el año de 1542 el conocido Parque Morelos de la ciudad de Guadalajara era un espacio totalmente abierto. Lo utilizaban las mujeres como sitio de lavandería e incluso como tiradero de basura. Casi 200 años permaneció en esta usanza y fue en 1750 cuando el gobierno de ese entonces decidió establecer ahí el que llamaría Parque Alameda y el Paseo San Juan de Dios.

Según consta en los archivos ésta alameda sería el primer parque de la localidad que en esos ayeres su ubicación correspondía a las afueras de la ciudad. Poco a poco la alameda fue quedando en el olvido. La metrópoli creció, y otros parques y sitios de recreación surgieron con el paso de los años.

Llegó el siglo XX. Faltaban once años para que terminara el periodo del porfiriato mientras que en el país se registraban importantes avances en materia de desarrollo económico y comercial.  Iniciaba también la lucha por la independencia, se formuló la nueva Constitución donde quedó establecido un código laboral, donde quedó establecida la prohibición de la reelección presidencial, en la que se expropió el patrimonio de las órdenes religiosas y se restablecieron los terrenos comunales a los indígenas.
Así sucedía el México de entonces, cuando en el Ayuntamiento de Guadalajara decidió restaurar aquel primer parque de la ciudad que por muchos años había permanecido en el olvido. En 1932 aparece en la escena el arquitecto Rafael Urzua Arias quien trabajaba en el área de obras públicas en el gobierno local. A él se le encomendó la tarea de remodelar la alameda y con el rediseño también devino la ampliación y con ello también el fraccionamiento de algunas vialidades importantes como Doctor Baeza en la que más tarde se construiría la primera Cruz Roja de la ciudad, donde se edificó una escuela primaria y el inmueble utilizado por la Dirección de Tránsito que antes sirvió como institución educativa en el grado de secundaria.
Durante los años posteriores a su remodelación el Parque Morelos se fue convirtiendo en el sitio de reunión familiar los fines de semana y de las tradicionales nieves raspadas. Así pasaban los días tranquilos en el Parque Morelos, las noches no tanto, pero permanecía el Parque Morelos con sus nieves, con sus pasillos, con su historia.
“Nosotros cada domingo veníamos al parque con la familia, nos tomábamos una nieve, nos sentábamos aquí en lo fresco y aquí nos la pasábamos agusto. Como que era la única parte con árboles aquí por el centro de la ciudad y pues nos gustaba. Ya luego pues fue creciendo todo esto y descuidaron mucho el parque, ya no era lo mismo. Pero cuando dijeron que querían hacer aquí unas villas pues si sentí que estaba mal porque iban a quitar todos los árboles y no había otro lugar así cerca”, afirma la Señora Mary de 59 años con quien recorro los alrededores y quien me va contando sus historias mientras caminamos.
Llegó el año 2000, entró el nuevo milenio, el siglo XXI y con ello la oportunidad de “entrar” en la era digital, de las nuevas tecnologías, de “darle a Jalisco un lugar en el mapa”, según las consideraciones del casi saliente gobernador panista Emilio González Márquez, quien en 2007 tomó posesión de la administración estatal. Motivado por ese “lugar” que merecía Jalisco propuso al Estado como sede de los Juegos Panamericanos a realizarse en el año 2011.
Guadalajara, fue elegida de entre 42 ciudades por la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) para ser sede del evento deportivo durante la asamblea celebrada en Buenos Aires, Argentina en 2006. Entonces, recibimos la estafeta y la planeación de los juegos, la remodelación de inmuebles, calles, avenidas, la construcción de estadios y villas de estancia iniciaron.
Por 2009, a dos años del gran evento, se anunció que la edificación que se conocería como Villa Panamericana y que albergaría a los atletas que acudirían a los juegos se construiría en el Parque Morelos. Los arquitectos del proyecto consideraban que el espacio era idóneo, aunque ello contemplara derrumbar las casas y negocios de algunas cuadras a la redonda del parque a lo que vecinos de la zona se opusieron. Los argumentos: es una zona de reunión familiar, con muchos años de tradición. Ahí continuaban en pie muchas de las edificaciones de la Guadalajara antigua, las de altos techos y marcos en cantera labrada. Algunas de ellas con urgente necesidad de atención pero que ahí seguían. La pugna fue tal que el comité organizador tuvo que replantearse la ubicación de la Villa Panamericana. Finalmente tras tomar en cuenta diversos territorios, informó a los jaliscienses que la nueva sede sería en la zona del Bajío, junto al Estadio Omnilife, la muy recientemente nueva casa del equipo de futbol Club Guadalajara.
Entonces parecía que el Parque Morelos había librado tal batalla, cuando surgió otro proyecto pensado para este lugar. Y dijeron: -¡Construyamos una ciudad creativa digital aquí! Es la era de la tecnología y no nos podemos quedar atrás-. Así, el 30 de enero de 2012 el Presidente Felipe Calderón anunció que la CCD sería construida en ésta capital con la que se buscaba atraer la inversión privada de empresas en el ramo del entretenimiento, el diseño y las artes digitales, además que previeron la generación de inversiones por más de 10 mil millones de dólares y la creación de 25 mil empleos directos.
De acuerdo a lo declarado por Octavio Parga Jiménez, presidente de la sede Occidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) al periódico El Informador el pasado 6 de septiembre, la segunda etapa de la elaboración del proyecto está ya en marcha y espera que sea a finales de este año cuando se haya concluido.
Sobre la nueva “ciudad digital”, dice la señora Mary, no entiende mucho. Dice que “eso de la tecnología a ella no se le da”, pero que sabe que “las nuevas generaciones  ya saben bien de todo eso de la tecnología” podrá ser un buen lugar para ellos.
Nos sentamos cerca del lugar para admirar el alma antigua del Parque Morelos, y Mary tranquila como recordando esos fines de semana aquí me confiesa resignada: “como ya no hay vuelta atrás quisiera que este nuevo proyecto mantuviera el alma del querido parque, es decir el de ser un lugar de sano esparcimiento y reunión familiar”.
*Publicado por primera ocasión en Arvisa Radio el 19 de septiembre de 2012.

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