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Semblanzas: personajes e historias de vida


"No tengo mujer, familia, ni dinero... estoy bien quebrado": Don José, 86 años


Por Cristina Bravo


Don José Espino. Fotografía por Juan Carlos Sagredo.
José Guadalupe Espino es bolero. En la infancia y hasta la adolescencia trabajó en la Hacienda Mesa Redonda, después fue albañil y hace cinco años que se dedica a bolear zapatos en la plaza principal de Lagos de Moreno. Don José tiene 86 años.

Temprano llega a su lugar de trabajo apoyado en una andadera porque no puede sostenerse solo.

Siempre se ubica sobre la calle Juárez, lleva su caja de madera con los artículos necesarios para dar lustre a los zapatos de los laguenses, crema, grasa, tinta, un cepillo y una franela.

“Pero vengo y no, no gano nada. - ¿A qué se dedicaba usted antes?- Era yo albañil no mas que me atropellaron allá en Guadalajara y se me quebró la rodilla. Y luego yo soy solo de atiro (sic) no tengo mujer, familia ni dinero, estoy bien quebrado”.   

Las manos de Don José están muy maltratadas; 86 años de andanzas las han deteriorado. Vive por la carretera vieja Margarito González Rubio en una vecindad y asegura que una de sus vecinas lo tiene embrujado:

“Ora (sic) el dos de agosto de este que pasó, me dijo ella que no cenara, pues al otro día llegó un muchacho – Mire dice su vecina que se coma este bistecito que está calientito (sic)- y yo me lo comí y salí atrás de él, pero antes que saliera levanté yo mi vista para decirle que muy agradecido por el bistecito que me llevó, y de aquí para acá se le levantó un pellejito muy delgadito, pero viera que cara tan fea niña, yo no conozco al diablo pero que feo estaba ese muchacho y no mas salió del cuarto para afuera (sic) y se acabó, quedó en nada aquel muchacho.”      
De bolero dice, gana muy poco, cobra seis pesos la boleada, es el que más barato cobra y el que menos clientes tiene, él lo atribuye a que la mayoría de la gente pasa por la calle Hidalgo y muy pocos por Juárez.

A las seis de la tarde Don José emprende el regreso a casa, camino largo a paso lento hasta la colonia El Refugio, mañana temprano regresará a este lugar -si Dios quiere, dice él- y estará de nuevo a la espera de los clientes que quieran lustre para sus zapatos y el mejor precio para sus bolsillos. 

*Publicado por primera ocasión en Medios UDG Noticias Lagos de Moreno el 19 de enero de 2012.

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